Como hemos mencionado en otros post, en Chile es muy fácil tomar la determinación de emprender debido a todas las facilidades que los organismos gubernamentales les entregan a las personas que desean ser su propio jefe, además de múltiples conexiones para comprar en el extranjero y ayuda para acceder a financiamiento privado o estatal.
Según cifras de Global Entrepeneurship Monitor (GEM) el porcentaje de la población adulta que declara estar en la fase inicial de alguna actividad emprendedora se sitúa en un 23,8%. Es decir 2 de cada 10 personas se encuentra armando su pyme y desarrollando un proyecto de negocio que puede o no funcionar.
Sin embargo, la realidad nos cuenta que 8 de cada 10 emprendimientos fracasa y una de las razones más comunes la falta de investigación en la fase inicial.
¿Pero cómo hacemos esta evaluación financiera de proyecto?
Cuando una empresa inicia un proyecto, es necesario determinar exactamente cuáles son los riesgos, beneficios y rentabilidades del negocio. En el mundo financiero, esta investigación se denomina evaluación financiera de proyectos, la que se encarga de estudiar el flujo de fondos futuros y los riesgos asociados, con el objeto de determinar un eventual rendimiento de la inversión realizada en el proyecto.
Esta investigación es llevada a cabo por un profesional en la materia, que se encarga de medir muchos factores que minimicen los riesgos del negocio, como por ejemplo la inversión inicial, los activos fijos, intangibles, capital de trabajo, depreciación, endeudamiento o apalancamiento, ingresos, posibles egresos, duración del proyecto, y a su vez garantizar la continuidad del negocio (VAN positivo), la TIR (rentabilidad del proyecto), y el costo capital o tasa de descuento exigida al proyecto.
Con estos datos más claros, en relación a los productos o servicios que deseas comercializar, el profesional a cargo de la evaluación financiera del proyecto podrá guiarte en la iniciación del proyecto.
La evaluación financiera de proyectos es una investigación exhaustiva que determina el riesgo comercial para concretar un proyecto y su proyección a futuro.